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Enlace reseña Toni Rumbau Titeresante. Titiriberia 2025 Rianxo
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Esperta o Rinoceronte, de Nao Caracola
Nos encontramos ante lo que seguramente será una de las sorpresas más agradables del Festival TITIRIBERIA, Esperta o Rinoceronte, que en castellano sería Despierta al Rinoceronte, la obra creada por Marián González, profesional del teatro de títeres desde 1987, cuando empezó a trabajar con diferentes compañías. Tras crear en 1997 junto a Luis González la compañía Títeres Trompicallo, tristemente desaparecida en 2019 tras el fallecimiento de Luís, Marián se alejó durante unos años de los escenarios hasta que en 2023 decidió lanzarse al ruedo con este nuevo trabajo en el que actúa en solitario.
Foto Manuel Silva
Como dice ella misma en el programa: Este proyecto nace con la vocación de plasmar lo aprendido, lo interiorizado a lo largo de casi cuarenta años de profesión e investigación en este maravilloso arte que es el de los títeres.
Sí, es cierto, pero también surge de una mirada muy propia y singular de lo que sucede hoy en el mundo, cuando vemos impotentes cómo la destrucción se impone a los logros de la civilización, y cómo ello sucede con nuestra complicidad consciente e inconsciente, empujados por una fuerza que aparentemente nadie puede parar. Una reflexión dramática para más no poder, pues el enemigo aquí parece venir de fuera cuando en realidad somos nosotros los que abrimos la puerta a un mal que solo lo es cuando lo ejecutamos nosotros mismos.
Foto Manuel Silva
Se acabó aquella distinción entre los de afuera y los de adentro, entre los malos y los buenos que nosotros representamos, entre el yo y el tú de la separación. El yo que contempla y maneja los aspectos buenos y agradables de la vida, representado por la titiritera que mueve decorados y personajes y da voz a sus criaturas, de pronto se ve encarnando unos poderes de destrucción que le son ajenos pero que acepta poseída por el magnetismo de su fuerza. La levedad de nuestro ser amable y feliz, que mira complaciente la felicidad de lo que le rodea, ha perdido la fuerza necesaria para enfrentarse a la destrucción que nos hostiga sin darnos cuenta de ello, hasta quedar abducidos por esa otra mirada ajena y voraz que nos obliga a destruirlo todo, en aras a unos rendimientos económicos absurdos.
Tal parece ser el punto de partida de la propuesta de Marián, una sensación horrenda de complicidad y de complacencia que exige algún tipo de reacción, o al menos de posicionamiento.
Foto Manuel Silva
Se trata de una reflexión dura y adulta, que poca relación tiene con los contenidos que suelen darse en el teatro para niños y familias, donde lo normal es sustraer la atención del público de los lados oscuros del alma.
Marián González ha querido romper estas inercias y enfrentarse cara a cara con la dura realidad de saber que somos nosotros mismos la causa de tanta destrucción y desasosiego. Y lo ha hecho con una puesta en escena tan compleja como lo es la temática tratada, sin escamotear esfuerzos, indicando sin decirlo que la dificultad del montaje va pareja a la dificultad de encontrar respuestas y vías honrosas de salida.
Foto Manuel Silva
Porque realmente el esfuerzo realizado por la autora es descomunal, exigiéndose además una interpretación solista de la obra, es decir, manejando ella sola toda la maquinaria teatral, que no vamos a desvelar para que el lector asista al espectáculo sin avisos previos.
Ha contado para ello con una ayuda excepcional, cuando el azar la puso en contacto con el gran titiritero Manuel Román, que firma la dirección escénica, una de las figuras más importantes del teatro de marionetas del país, creador de la histórica Deliciosa Royala, amén de otros muchos proyectos para la escena, el cine y la televisión. Lo bueno de esta colaboración es que Manuel se puso al servicio de la obra, respetando lo que Marián tenía en la mente, y aportando todo su saber a la consecución del proyecto.
Foto Manuel Silva
También dispuso de otra colaboración importante, la del músico Jesús Lana Celaya, que durante los dos años de duración del montaje fue creando su banda sonora. Porque la música es otro de los elementos básicos de la obra, indispensable para sustituir la falta de palabras que la autora quiso aplicar, afín de lograr una mayor intensidad emocional de las diferentes escenas.
Esperta o Rinoceronte contiene una preciosa complejidad mecánica, luminotécnica y diría electrónica, cuya ejecución estuvo a cargo de Víctor Moar, mientras el titiritero Ero Vázquez se encargó de construir una maravillosa fábrica autómata
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Foto Manuel Silva
Citamos para acabar estas líneas escritas por la autora en el programa que ayudarán a centrar parte de su contenido: Cultiva tus sueños donde la igualdad y la justicia avanzan de la mano con la fuerza de un rinoceronte. No permitas que se duerma. La utopía es el porvenir que se esfuerza en nacer. No dejes de soñar.
Y no decimos más. Solo resta indicar que nos encontramos ante un espectáculo único, necesario y de impactante factura, cuya gran calidad lanzará sin duda con fuerza a la nueva compañía Nao Caracola por los escenarios del mundo.
Toni Rumbau
Toni Rumbau es titiritero y escritor, fundador de la histórica compañía La Fanfarra de Barcelona (1976), del Teatro Malic (1984-2002) y del Festival de Ópera de Bolsillo y Nuevas Creaciones (1993). Ha escrito para títeres, ópera, ensayo y novela. Es director de los tres portales de Titeresante (Putxinel·li, Titeresante, Puppetring).














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